6 de marzo de 2008

ROJAS, BENIGNO FILOMENO DE


(1821 -1865). Nació en Santiago de los Caballeros en 1821 y se destacó como abogado y político. Por sus conocimientos teóricos y experiencias administrativas adquiridos en Inglaterra y los Estados Unidos, se le tiene como el Padre de la Economía dominicana. Adolescente emigró al extranjero junto a sus padres a consecuencia de la ocupación haitiana (1822-1844), residiendo en Inglaterra donde se ins¬truyó. La Independencia de los dominicanos lo sor¬prendió en los Estados Unidos de América, atento a cuento sucedía en el nuevo Estado dominicano y trabajaba en la Legación Inglesa de Washington. Regresó a Santo Domingo en 1846, integrándose de inmediato a los cuerpos de legisladores, en los cuales actuó como presidente y secretario, distin¬guiéndose por su laboriosidad e inteligencia. Se integró entre 1857 y 1858 a la Revolución Cibaeña, encabezada por comerciantes y liberales que buscaban deponer a Buenaventura Báez de la presidencia de la República. Llegó a ocupar una secretaria de Estado en el Gobierno Provisional y presidió el Congreso Constituyente, reunido en Moca, que concluyó en 1858 con la proclamación de una nueva constitución y la elección de Desiderio Valverde como presidente y Benigno Filomeno de Rojas como vicepresidente. Al fracasar la revolución, Rojas emigró a los Estados Unidos de América, regresando tiempo después acogiéndose a una amnistía del gobierno de Pedro Santana, para dedicarse a su profesión de abogado. Proclamada la anexión a España (1861), la aceptó como necesidad y conveniencia, pero el 16 de agosto de 1863, cuando se inició la guerra restauradora, se adhirió a la causa de la patria y en el gobierno provisional de los patriotas constituido el 14 de septiembre, le correspondió acompañar al presidente Salcedo como vicepresidente, y cuando Gaspar Polanco fue derrocado en 1865, asumió la dirección del Poder Ejecutivo como presidente de la Junta de Gobierno. Elegido Pedro Antonio Pimentel presidente de la República, Rojas ocupó nuevamente la vice presidencia. En esa condición viajó a la ciudad de Santo Domingo junto a Stanley Heneken en misión especial relacionada con el pronunciamiento de losé María Cabral contra el presidente Pimentel, en agosto de 1865. Tan pronto llegaron a la puerta de la Capital, tras un fingido buen recibimiento fueron encarcelados e incomunicados y en el curso de un par de meses murieron ambos. Su muerte quedó envuelta en la penumbra de una conspiración bien planificada, se dijo que murió de tisis y que tenía 45 años, en 1865.

1 comentario:

Edward L.P. Ventura dijo...

Increible!,una revolución cibaeña?!Para deponer a un presidente?!.Es un orgullo para los cibaeños.Lo dibujaré para una próxima exposición y tomaré esta referencia tuya.Así sabrán que hay una persona(tú)que está dándo a conocer a un heroico luchador dominicano proveniente de Santiago.